La cantante hizo pública una antihigiénica decisión personal.
Aunque supo ser el emblema de las rubias exuberantes de Estados Unidos, Jessica Simpson decidió tirar por tierra todo el trabajo de sus asesores de imagen y, en medio de una entrevista concedida a Ellen Degeneres, la rubia se dejó llevar y confesó un hábito desagradable.
“No me lavo los dientes todos los días porque son blancos y no me gusta que estén resbaladizos”, declaró ante la atónita multitud que si bien la aplaudió por la valentía de hacer pública su antihigiénica decisión quedó anonadada.
Para aclarar los tantos y relativizar sus dichos, Simpson volvió a abrir la boca y aclaró: “Uso flúor a diario aunque no los cepille”. Después de la sorpresa de la conductora del programa, la cantante aseguró que pese a su esporádica higiene bucal tiene buen aliento.
Nuestra opinión:
Con esta noticia querermos orientarnos no tanto a la temática de la noticia, sino a la redacción de la misma para maracar los límites que debería tener la prensa al momento de presentar sus comentarios.
Podemos observar que a pesar que lo dicho por la cantante Jessica Simpson puede ser un hecho fuera de lo común teniendo en cuenta el estatus social al que pertenece, la prensa convoca ciertos adjetivos y sustantivos peyorativos que desprestigian a la cantante y convierten un simple hecho en un suceso de gran importancia y crítica. La llaman "antihigiénica" y la designan como "la rubia" que " abrió la boca y tiró por tierra todo el trabajo de sus asesores de imagen".
Sin duda queda claro la importancia que los medios le dan al sensacionalismo y al escándalo, no obstante, esto no debería ser una razón por la cual se desprestigie públicamente a una persona conocida a nivel mundial, pues constituye una invasión al espacio personal y un desapego total a la moral que see debe tener en cuenta cuando se trata de personas, seres humanos, emocionales que merecen ser respetados.
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